martes, 12 de octubre de 2010

Una nueva madre para el Universo.


Callarás las cosas que sabes porque te da regocijo guardarlas, y como digna criatura del placer escarlata que obtienes de la lúgubre pero siempre vital brisa, guardaras este maná del cielo para poder alimentarte siempre que quieras, pero siempre será tu eternidad, un dulce beso que suele molestar simulando enfermedad. 
Sin ordenes válidas desde el intelecto, sin espasmos lo suficientemente fuertes para hacerte terminar tu reposo a los mundos bárbaros, la muerte y la fragilidad de la carne se vuelven saberes mas que sentimientos haciendo que hoy y por siempre pretendas sin pretender entender, que el mundo se filtra a través de la magia del relato, del frío de tus ventanas, a través del amanecer poético que cargado de cánticos de eternas aves llega reposándose en tu pecho desde tu espíritu y hacia el resto de la creación, de esta forma el sentido tendrá a todo el universo dentro de si, y Él ya no estará solo nunca más porque habrá encontrado en ti a su eternamente elegida, Gehenna de la insoportable dualidad, eterno amor de madre, espíritu en mañanas y flores, cuerpo vital en los cuerpos vitales, el sentido por el cual este ángel llora, bienvenida.

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